Retales de Historia

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jueves, 31 de julio de 2014

La crisis de los misiles de Cuba

La crisis de los misiles de Cuba (también conocida como Crisis de octubre en la isla o Crisis del Caribe en Rusia) es un conflicto que tiene lugar en torno a octubre de 1962 entre Estados Unidos por un lado y Cuba y la Unión Soviética por otro.

Fulgencio Batista.

Fidel Castro.

Para empezar, debemos remontarnos al 10 de marzo de 1952: Fulgencio Batista llega al poder en Cuba por segunda vez, en esta ocasión gracias al apoyo de los Estados Unidos. Batista respeta los intereses económicos que su protector tiene en la isla, pero la corrupción alcanza niveles de escándalo, lo que da pie a otro golpe de Estado, en esta ocasión encabezado por el abogado Fidel Castro, que barre al gobierno de Batista el 1 de enero de 1959. Cuatro meses más tarde, se promulga la Primera Ley de Reforma Agraria.

Dwight Eisenhower.

John Fitzgerald Kennedy.

Esto no gusta nada en Estados Unidos, propietaria de los mejores y más grandes terrenos. Eisenhower, por entonces presidente de los Estados Unidos, mueve los hilos para derrocar a Fidel Castro: está claro que fracasó.

También piensa en apartar a Castro el sucesor de Eisenhower, John Fitzgerald Kennedy, que jura su cargo el 20 de enero de 1961. Inmediatamente piensa en organizar la invasión de Cuba y poner un nuevo gobierno para la isla: entre el 15 y el 17 de abril del mismo año una brigada norteamericana es derrotada en la Playa Girón de la Bahía de Cochinos. Para desquitarse del fracaso, Estados Unidos pone en marcha la Operación Mangosta, pensada para debilitar el papel de Castro en Cuba y poder apartarlo del poder. El plan incluía boicotear las rutas comerciales que llegaban hasta Cuba y minar su economía. También hay que mencionar que Fidel Castro ha sufrido múltiples atentados desde que llegó al poder.

Mapa con la localización de Bahía de Cochinos.

Durante un vuelo de reconocimiento, 14 de octubre de 1962, aviones espías norteamericanos descubren rampas para misiles nucleares de alcance medio que se estaban instalando en la isla.

Fotografía aérea donde se aprecian rampas para misiles.

Como tantas otras veces, se contempla la posibilidad de otra invasión; en esta ocasión no serían voluntarios, sino tropas del ejército de Estados Unidos: en Florida se llegan a concentrar 200.000 soldados. Pero la URSS, que también está vigilante, se da cuenta de las intenciones norteamericanas y lo pone en conocimiento de las autoridades cubanas. Es el momento en que el dirigente soviético Nikita Kruschev, a la sazón Presidente del Consejo de Ministros, propone a sus amigos de la isla instalar en su territorio cohetes capaces de alcanzar territorio de los Estados Unidos. El 22 de octubre, en un discurso televisado a la nación, Kennedy anuncia que detendrá el tráfico de barcos soviéticos en dirección a Cuba. La URSS niega la existencia de las bases y esto desata la Crisis de los Misiles.

Nikita Kruschev.

El día 23, Kennedy opta por el bloqueo naval, medidas apoyadas por la OEA (Organización de Estados Americanos). Al día siguiente, Nikita Kruschev hace saber que la URSS equipara el bloqueo a una agresión, pero al mismo tiempo aminora el ritmo de barcos soviéticos que se dirigen a Cuba. De forma inmediata, el 26 de octubre, Kruschev hace llegar a Kennedy su plan para un acuerdo: retira los barcos si Estados Unidos deja en paz a Castro. Kennedy no ha tenido tiempo de contestar, y el día 27 de octubre tiene lugar el que será conocido como Sábado Negro. Desde suelo cubano se detecta un avión espía estadounidense del tipo U-2 que sobrevolaba el este de la isla, el avión es derribado y el piloto muerto.

Restos del avión espía U-2, derribado en Banes, Holguín, en 1962.

Aumenta la incertidumbre, pero Kruschev es rápido de reflejos y propone a Kennedy retirar las bases y los barcos a cambio de que Estados Unidos no apoye ninguna invasión de Cuba. Asimismo, Estados Unidos debía retirar las bases que tenía en Turquía, vecina de la Unión Soviética, y ésta no atacaría los Estados Unidos. Kennedy aceptó la propuesta la madrugada del día 28. Las medidas fueron acatadas por ambas partes. El 22 de noviembre, Fidel Castro fue informado del pacto a que llegaron ambas potencias, de forma que en adelante solo habría en Cuba armas convencionales. Castro no fue invitado a participar en las conversaciones, aunque sí intervino el Secretario General de la ONU, U Thant.

Todo este embrollo de tensión diplomático que tuvo lugar en torno a octubre de 1962 es el origen del teléfono rojo, que no era un teléfono en sentido estricto, sino un télex, más que nada por aquello de evitar malentendidos y para que no hubiera lugar a sacar las cosas de contexto. No debemos olvidar que aquella fue la ocasión en que el mundo ha estado más cerca de sufrir un conflicto nuclear: en Estados Unidos se decretó un DEFCON 2 (DEF CON = Defense Condition), que es el paso anterior a la guerra.

A día de hoy, la Unión Soviética ya no existe, Fidel Castro no fue derrocado y sigue vivo, y el bloqueo decretado a Cuba se mantiene.

jueves, 17 de julio de 2014

Jim Croce

Hoy voy a hablar de uno de esos artistas cuya música te encuentras un día como si fuera un maravilloso regalo. Trabajó el folk y el rock, y sabía tocar la armónica y la guitarra. Sólo vivió 30 años, pero dejó una música preciosa que vale la pena recordar: se trata de Jim Croce.



James Joseph Croce, hijo de inmigrantes italianos, nació en South Philadelphia (Pensilvania, noreste de los Estados Unidos) el 10 de enero de 1943, el mismo año que George Harrison o Mick Jagger.

Tiempo después de la secundaria, Croce fue a la Universidad Villanova donde estudió Psicología. Mientras estuvo estudiando en Villanova, allá por los años 60, es cuando Croce empieza a disfrutar del blues, el folk y el rock. Estuvo en varios grupos que actuaban en locales universitarios, y también hace de disc-jockey en una emisora de radio que había en la Universidad.

Va y viene a Nueva York, meca de artistas en la costa este. No tiene mucha suerte, pero conoce a la que sería su mujer, Ingrid Jacobson, con quién formó un dúo, cantando temas de Joan Baez y Gordon Lightfoot entre otros. También se animaron a cantar temas del propio Croce, como Spin Spin Spin.



Siguiendo el consejo del productor musical Tommy West, en 1968, Jim e Ingrid Croce se van a Nueva York para grabar su primer disco. Los siguientes dos años, viajaron a lo largo de 480.000 km, cantando en tugurios para promocionar Jim & Ingrid Croce.

La aventura no salió bien y la pareja regresó a Pensilvania y vendió todas sus pertenencias para poder pagar las deudas, incluso la colección de guitarras de Jim, menos una, que fue la que utilizó para seguir componiendo mientras trabajaba de camionero. De esta época es Time in a bottle, dedicada al hijo de ambos, y también en estos días halla su inspiración Operator. Croce compagina su actividad de transportista con la de cantante, pues las canciones que compone las canta en establecimientos que encuentra en la ruta.

A partir de 1970, Croce empieza a trabajar con Maury Muehleisen, guitarrista y pianista y, de hecho, es el otro guitarrista que aparece con él en sus actuaciones. La influencia de Muehleisen es fundamental para darle impulso a la carrera de nuestro compositor, lo que podemos apreciar cuando Croce tiene 27 años, y en 1972 graba You don’t mess around with Jim, trabajo donde también encontramos Operator y Time in a bottle. Poco a poco, pasan de actuar en lugares pequeños a lugares mucho más grandes, y no se limitan a Estados Unidos, sino que llegan a viajar a Europa.

Pero tampoco es tanto lo que ganan, así que Ingrid, que se había quedado al cuidado de la granja que tiene la pareja en Lyndell (Pensilvania), le pone las cartas sobre la mesa porque están muy justos y hay que poner los pies sobre la tierra, y para apaciguar los ánimos, Jim le compone I’ll have to say I love you in a song.

En 1973, sale a la venta Life and times, su segundo disco, del que destaca Bad, bad Leroy Brown, quizás la canción más alegre de su carrera. A este trabajo le sigue el tema I got a name, dentro del álbum del mismo nombre. Jim sabe aprovechar el momento y se vuelca en una gira promocional, viajando de un lado para otro.

El 20 de septiembre de 1973, Jim tenía un concierto en Louisiana, en el Prather Northwestern State University en Natchitoches Coliseum, y al acabar tenía planes de viajar a Texas en avión como parte de la gira para promocionar el nuevo álbum. Iba acompañado de su guitarrista, Maury Muehleisen. Problemas en el despegue hacen que el avión se estrelle en el único árbol que hay cerca de la pista. No queda claro si fue que el avión no consiguió ganar altura o si fue que al piloto le dio un infarto, pero la utopía se truncó. Al día siguiente el álbum I got a name sale a la venta.

El éxito de Jim Croce radicaba en canciones sobre cosas que podía sentir o vivir cualquier persona; sobre el trabajo, los recuerdos, el amor… Persiguió su sueño y lo alcanzó, aunque ello le costara la vida. Se hizo un hueco en la música y en nuestros corazones.